por Segundo Casaro, Médico Veterinario
College of Veterinary Medicine. University of Florida
La hipomagnesemia es un desorden metabólico que afecta a los rumiantes, principalmente en sistemas pastoriles, caracterizado por la disminución del Magnesio (Mg) en sangre. Puede ser clasificada como primaria (el alimento no aporta el Mg necesario), o secundaria (la dieta contiene la cantidad necesaria de Mg, pero éste no puede ser aprovechado por el animal). El 90% de los casos se registran en vacas (75% vacas / 15% vaquillonas), y de estas el 96% es hipomagnesemia secundaria. Debido a esto la finalidad de este artículo es proveer estrategias de prevención de la hipomagnesemia secundaria en la vaca de cría. La mayor incidencia de casos se da a fines de invierno, principios de primavera aunque esto varía en función de la especie forrajera y el momento de su rebrote. Por ejemplo la casuística es elevada en junio y julio en áreas que emplean avena como verdeo de invierno.
Al ser un trastorno multifactorial, para su presentación deben darse ciertas condiciones:
• Condiciones del ambiente: El aumento de la temperatura y humedad ambiental en periodos de lluvia (“veranitos”) favorece el crecimiento de los rebrotes, los cuales son pobres en energía y Mg.
• Condiciones del animal: La categoría más susceptible es la hembra adulta, alrededor del momento del parto (debido a la alta demanda energética) y casi exclusivamente con buena/elevada condición corporal (CC).
Desde el punto de vista del manejo, podemos dividir estas variables en 2 tipos:
1- Las que no podemos manejar, como son las condiciones ambientales y el estado fisiológico de la vaca.
2- Las que si podemos manejar, como son la CC y el balance energético de las vacas próximas al parto o recién paridas y lactando.
Es evidente, por consiguiente, que la hipomagnesemia termina siendo, NO un problema sanitario, sino, definitivamente, un problema de MANEJO.
MECANISMO DE ACCION
Debido a la gestación avanzada o la producción de leche en los primeros 60 días posparto, los animales tienen un alto requerimiento energético. Luego de un “veranito”, las vacas van a alimentarse del rebrote, pobre en Mg y energía, la cual no va a ser suficiente para satisfacer las demandas. Como consecuencia, van a recurrir a la movilización grasa (lipomovilizacion) desde el tejido adiposo como fuente energética. Durante esta lipomovilización el tejido adiposo “secuestra” Mg, el cual no va a estar disponible para ejercer sus funciones normales; entre ellas, la relajación muscular, causando el cuadro típico de “tetania hipomagnesemica” con la consecuente muerte de los animales. Mientras mayor sea la CC, mayor será la probabilidad de presentar hipomagnesemia, ya que mientras más grasa tenga disponible para movilizar, más Mg secuestrará ese proceso. En cambio, una vaca con una CC menor, en las mismas condiciones, alimentándose del mismo rebrote, tiene menos grasa para movilizar, en consecuencia, menos Mg se secuestra y debido a esto “la vaca flaca no se cae”. Hay que tener en cuenta que las situaciones de stress, como movimientos de hacienda y encierres, desencadenan la aparición de casos agudos, los cuales generalmente terminan con la muerte de los animales, siempre y cuando se cumplan con las condiciones antes mencionadas. En otras palabras, los casos agudos pueden desencadenarse por la combinación del arreo (gasto de energía), el stress del encierre y el ayuno (lipomovilizacion). Es recomendable evitar encierres previos al parto, pero de ser necesario (vacunas), hacerlos lo más cortos posibles.
PREVENCION
A la hora de prevenir la hipomagnesemia, debemos enfocarnos en cumplir con dos requisitos:
• Mantener una CC adecuada (2.5 – 3.0) entre el tacto (marzo-abril) y el parto.
• Asegurar que los requerimientos nutricionales del final de gestación e inicio de lactancia sean cubiertos por el consumo de energía (balance energético positivo).
Para lograr estos dos objetivos es muy importante el monitoreo de la CC desde el tacto (marzo-abril) hasta el parto, idealmente, manteniendo la misma entre 2.5 y 3.0 hasta 2030 días previos al parto. Esto puede ser logrado restringiendo el consumo de forma moderada. A partir de los 30 días previos al parto es de suma importancia el aporte de recursos reservados (pasturas de otoño, maíz o sorgo diferido) que cubran las necesidades nutricionales crecientes de esta categoría. Así, aseguraremos una vaca delgada, pero no flaca, en balance energético positivo. Esto garantizará una vaca saludable, sin problemas metabólicos y predispuesta a ciclar temprano después del parto. De no ser posible esto, debemos asegurar un consumo de magnesio de entre 30-40 gr/vaca/día de forma preventiva, cuando las condiciones ambientales y animales (CC y balance energético) nos preocupen. Existen en el mercado varios productos en distintas presentaciones: sales, bloques, aditivos para el agua, etc. Estos generalmente no dan resultado ya que en la práctica, no se logra un consumo homogéneo y suficiente por parte de las vacas todos los días. Esto es debido a que:
• A causa de la baja concentración de Mg presente en las dosis recomendadas por los fabricantes, para lograr la dosis indicada sería necesario administrar excesivas cantidades de producto. Impráctico y muy costoso.
• Además, la mayoría de los productos magnesiados tienen la contra de ser poco palatables y en mayor o menor medida higroscópicos (atraen humedad ambiente), haciendo que el consumo sea errático y que el producto se eche a perder rápidamente. A la hora de elegir un suplemento magnesiado, debemos asegurarnos que el mismo sea palatable para homogeneizar el consumo y con una dosis de Mg de entre 30-40 gr/vaca/día. Una buena opción es la elección de productos magnesiados peleteados, los cuales pueden ser mezclados con un poco de maíz para aportar energía y disminuir la lipomovilización. Esta mezcla no necesariamente debe ser dado en comedero, puede ser entregada debajo de la linea del alambre respetando el espacio lineal de 80 cm por vaca.
RESUMEN
• La hipomagnesemia es un desorden metabólico, multifactorial, casi exclusivo de vacas gordas alrededor del parto, que se alimentan de forrajes o verdeos pobres en Mg y energía.
• Mientras mayor sea la condición corporal, mayor será la probabilidad de las vacas de presentar un cuadro de hipomagnesemia.
• Es fundamental trabajar en la prevención desde el tacto (marzo-abril) en adelante.
• Hacer hincapié en el control de la condición corporal desde el tacto hasta los 30 días previos al parto, con el fin de llegar con animales delgados, pero no flacos.
• Reservar recursos para proveer energía a los animales desde los 30 días previos al parto hasta los 60 dias posparto, para evitar problemas metabólicos.
• En caso de llegar al último mes preparto con vacas en CC >3 y si las condiciones de humedad y temperatura son las predisponentes, comenzar a suplementar, asegurando un consumo de Mg de entre 30-40 gr/vaca/día.
• Es recomendado el uso de suplementos magnesiados peleteados mezclados o no con maíz, para proveer Mg y energía y así evitar la excesiva lipomovilización.
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